Típica escena de peli yanki …  baquero a toda pastilla por carretera de mala muerte con su destartalá camioneta. Adornando el radiador los cuernos de un Long Horn, sease de una vaca , vaca, no piedra de mechero. Sombrero al uso y una escopeta con mira telescópica, pa pegarle tiros a una lata, colgada a su espaldas atravesaba de lado a lado la ventanilla trasera de la cabina. El tubo de escape echando más humo que la chimenea de un nazi. Por la velocidad y el empeño del cow-pisha  en medir la vía, era señal de haber estado destilando alcohol a destajo.
Ya se alejaba cagando leshes, cuando  apareció por arte de magia un platillo volante. Sí, me muera que aquél coche de policía  parecía más, nave nodriza por tanta lucecita de colores, que vehiculo bien nacido. Su sirena a todo trapo, martillo de confiados e incautos, pregonaba a las cuatro esquinas de la pradera  quien mandaba en aquellos parajes.
Pues sí, así, de repente, de sopetón, como el que no quiere la cosa,  de detrás de una caseta como de aperos o de herramientas al borde de la carretera, apareció el sheriff de aquél condado comido de moscas en persecución del intrépido astado.
“Jóe, que cabrones, se esconden y asechan como las arañas a las moscas”, pensé.
Me reconfortó  que al menos en eso tendrían que aprender de nuestros Agentes de Trafico.
Ellos no se escondían, no se escondian, antes.
Aquellos nuestros ángeles de la guarda y de la Guardia anunciaban de lejos su presencia, es más, colocados en lugares estratégicos como cambios de rasantes, etc, con su sola visión  ya enderezaban al más  pintao.
Si te pasabas de listillo y no te tocaba uno que hiciese  tiempo que no visitaba al Roca, todavía podías echar mano del arsenal de excusas e intentar salvar los muebles. Si lo lograbas… “ no, si en el fondo llevaba razón el señó guardia, menos mal que he topado con uno bueno” y si no conseguías librarte de la papela… “cago en tó, mala suerte oño, me ha tenido que tocar  el estreñío.”
Pero desde que el Director General de la Benemérita es cualquier Roldán de la vida, marioneta del Gobierno de turno, la cosa ha cambiado.
“Tios, que la cosa tá mu mal, hay que recaudar más dinero”, dice el de Economía y  Hacienda (que no somos todos ni leshes). ¡¡”¿Y como?”!!, ¡¡”¿de donde,jóe?!! si tenemos al personá mas seco que una mojama”, se solivianta la concurrencia al Consejo.
Hasta que levanta la mano el listillo de turno, “ de las multas de Trafico”, claro, ¿como no habían caído antes?, solución perfecta.
Con las multas de trafico pasa lo que pasa, además de la cara de haba, descompuesta y descolgá por sacarte las perras, te queda un sentimiento de culpabilidad que arrastrarás toda tu vida, ya se encargarán ya, la parienta y los niños de recordártelo a la primera de cambio pa que no se te olvide.
Y para que la cosa sea efectiva e inmisericorde  y no deje posibilidad  de perdón al señó Agente, se minarán de artilugios las carreteras de forma que trabajen día y noche repartiendo collejas  a diestra y siniestra.
Aumentaron el Parque Móvil con la 5ª Flota en coches.
 Los más leidos tenían carné de conducir , eah,   pa los coches, los que no, se joan y apenquen en sus relucientes motos con las inclemencias del tiempo.
Y comenzaron emplazando sobre unos trípodes, un hibrido entre cámara de fotos de turista japonés, rádar de vigilancia costera y  flash de paparachi  para las noches, y el coche al lado con los listillos esperando dentro.
Así que cuando menos te lo esperabas te sacaban una foto la más de salá, con tu cochecito, su matricula, la hora, el día, la carretera y el peinado de la parienta, eso si, podías elegir entre papé brillo o satinao, digo si era atinao.
Pero debido a las bajas causadas entre los usuarios del marcapasos por el sobresalto de los fogonazos en la oscuridad de la noche, que la parienta que aparecía en la fotito, a veces no era la parienta, y que el interfecto negaba que fuese él el que conducía, que era su aguelo materno que iba de picos pardos, hubieron de cambiar la táctica.
Bueno, leshe, hecho ya el gasto, vamos a aprovechar lo que podamos, le quitamos el flash pa evitar más sustos, y pa que nadie niegue la mayor, una pareja de motoristas dará apoyo al coche reconociendo al conductor, ahh, nada de trípode, la cámara dentro del coche, que fuera se moja.
Como eso de esperar que caiga el incauto conductor es aburrido, monótono y poco rentable, y además,   que se avisan los unos a los otros, pues hay que mejorar el método.
Primero, al que se coja haciendo señales a otro avisando de la emboscada, se caga vivo, y jóe, cuando se cansen de esperar, que patrullen, totá si el radar lo hemos adaptado de tal forma que caza a la espera y en movimiento la presa.
 Hecho, comitivas de cazadores errantes recorrían las carreteras disparando, interceptando, identificando y marcando a fuego con  multas las inmaculadas conciencias del respetable.
Pero como la recaudación no alcanzaba lo estimado, vuelta a devanarse los sesos, ¿Porqué?.
¡¡”Claro, si parecemos tontos !!,  hasta un ciego ve de lejos nuestros coches, nos delata la pintura.”.
“Pues nada, se camuflan y me fumo un puro, ¡¡ hay que joerse, Martinez deme fuego oño!!”   dijo el señó  Dtor. Gral.
Je,je, la cosa funciona, el camuflao  te enchufa a traición con su cámara y más palante te espera otro sin camuflar pa que firmes la sentencia.
Hay que optimizar medios, recursos humanos y materiales, de tal forma que la cuenta de resultados arroje un balance tan escandalosamente positivo que podamos emplear fondos en campañas publicitarias para hacer creer al currito que todo es por su bien, que mientras más palos le demos, mejor para él, que él es el culpable de sus desgracias y que se sienta afortunado de tener un ojo de Gran Hermano que le vigila por tierra y aire.
Así que a minar todo bicho viviente con cámaras saca perras, desde indicadores de dirección hasta postes kilométricos, desde los camuflados utilitarios hasta los de gama alta y de paso colocamos las  de precisión con infrarrojos de los Apache en los helicópteros de toda la vida.
Ahora los señores Agentes de Tráfico te los puedes encontrar donde menos imaginas, escondidos tras una curva, agazapados en cualquier camino que desemboque en la carretera o paseando mezclados con los domingueros,  si los sufridos conductores pudiesemos escondernos como ellos, jóe, todavía, pero no, ¿Dónde te vas a esconder?. Y además, si te escondes es peor, te enchufan un tubo por la boca que te llega a la campanilla y cuando te ven con los ojos saltones como un sapo…¡¡sopla!!.
Al menos aquél patrullero asaltaba al vaquero después de esperar pacientemente, a piñón fijo, con los sentidos puestos en su vigilancia.
Hoy esperan  pero sufriendo los rigores de la calefacción y el aire acondicionado, mientras dormitan escuchando la Kiss FM,  “ pa eso está en automático el radar”, él solo se lo guisa y se lo come, y al acabar la jornada sale un papelito entre las fauces de la cámara indicando el numero de presas, la cantidad recaudada, los puntos perdidos, felicitando al equipo y despidiéndose hasta el día siguiente.
Los han convertido en agentes al servicio del Torquemada de turno, en cuadrilleros y salteadores de caminos que se aprovechan de  la nocturnidad, de los parajes solitarios o del anonimato del francotirador, todo vale con tal de aligerarte la bolsa.
Ya no te puedes fiar ni de tu sombra, no sería el primer caso que de ella saliese de repente el agente justiciero con su cámara en ristre, alcohólimetro y boli amenazador.
Y nos quejábamos de aquellas parejas de motoristas,  con su toque de románticos jinetes bienhechores de viajeros y peregrinos, esos si que se ganan todo, mi respeto, mi admiración y mis suplicas, por si hay suerte y me escapo de la escabechina.
miércoles, 24 de junio de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario